En un giro inesperado que podría marcar el inicio del fin de una guerra devastadora, el grupo islamista palestino Hamás anunció este viernes su disposición a liberar a todos los rehenes israelíes que mantiene en la Franja de Gaza, entregar la administración del enclave a un gobierno tecnócrata y negociar los puntos restantes del plan de paz propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump2.
La decisión fue comunicada a través de un comunicado oficial, en el que Hamás afirma haber sostenido “consultas exhaustivas” con otras facciones palestinas y actores internacionales.
“El movimiento anuncia su aprobación para la liberación de todos los rehenes —vivos y restos mortales— según la fórmula de intercambio incluida en la propuesta del presidente Trump”, señala el documento.
El plan de paz, que contempla un cese al fuego inmediato, el intercambio de prisioneros palestinos por rehenes israelíes, el desarme progresivo de Hamás y la retirada gradual de las fuerzas israelíes, fue aceptado previamente por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Trump había fijado como fecha límite el domingo por la tarde para recibir una respuesta, advirtiendo que, de no concretarse el acuerdo, se desataría “un infierno como nunca antes” contra el grupo islamista4.
Además de la liberación de los rehenes, Hamás expresó su disposición a entregar la administración de Gaza a un organismo independiente de tecnócratas palestinos, “basado en el consenso nacional palestino y el apoyo árabe e islámico”. Sin embargo, el grupo subrayó que ciertos aspectos del plan —como el futuro político de Gaza y los derechos inalienables del pueblo palestino— deberán ser definidos en el marco de una posición nacional unificada, conforme al derecho internacional y las resoluciones de la ONU4.
La comunidad internacional ha recibido con cautela el anuncio, reconociendo que, aunque representa un avance significativo, el éxito del acuerdo dependerá de la voluntad de todas las partes involucradas y de la capacidad de los mediadores regionales —principalmente Egipto y Catar— para garantizar su cumplimiento.
Este anuncio se produce tras casi dos años de conflicto, marcado por miles de víctimas civiles, destrucción masiva y una crisis humanitaria sin precedentes en Gaza.
La aceptación del plan por parte de Hamás abre una ventana de oportunidad para la paz, aunque el camino hacia una solución duradera aún está lleno de desafíos diplomáticos y políticos.
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