A raíz de los disturbios registrados durante la marcha conmemorativa del 2 de octubre, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, aseguró que en la capital del país “no hay anarquía, es un signo de tolerancia y de expresión”.
Las declaraciones se dieron en el marco del Foro “Jóvenes Dialogando por el segundo piso de la transformación”, donde el legislador abordó los hechos violentos protagonizados por grupos radicales durante la movilización.
La marcha, que conmemoró el 57 aniversario de la masacre de Tlatelolco, reunió a miles de personas en un acto que, según Monreal, transcurrió mayoritariamente de forma pacífica.
Sin embargo, integrantes del denominado “Bloque negro” agredieron a elementos de seguridad desarmados, periodistas y transeúntes, además de vandalizar negocios y monumentos históricos.
“Siempre es preocupante cualquier signo de violencia”, expresó Monreal, quien también es presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro.
“Los que marcharon, marcharon pacíficamente, pero no debemos permitir que haya este tipo de expresiones, que no son dignas de la racionalidad y la civilidad”, añadió.
El legislador defendió la actuación del gobierno capitalino y del gobierno federal, señalando que ambos respondieron con “mucha tolerancia”, en línea con los principios de respeto a la disidencia que promueve la Cuarta Transformación.
“Seguramente por indicaciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, se actuó con mucha tolerancia, a pesar de los signos de provocación de algún sector que, estoy seguro, no son universitarios”, puntualizó.
Las declaraciones de Monreal han generado reacciones encontradas entre sectores políticos y ciudadanos. Mientras algunos valoran la contención como muestra de respeto a la libre expresión, otros cuestionan si esta postura podría incentivar futuras acciones violentas en el espacio público.
La conmemoración del 2 de octubre sigue siendo un referente histórico de lucha y memoria en México. En este contexto, el debate sobre los límites entre tolerancia, orden público y libertad de expresión se mantiene vigente, especialmente en un año marcado por definiciones políticas clave.
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