El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) alertó sobre la existencia de una red criminal transnacional que estaría organizando ataques directos contra agentes federales de inmigración y aduanas, con participación de cárteles mexicanos y grupos extremistas estadounidenses.
De acuerdo con la información de inteligencia obtenida por el DHS, estas organizaciones delictivas han ofrecido recompensas por espiar, agredir o asesinar a personal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Operaciones coordinadas desde barrios de Chicago
El informe describe la existencia de redes de observadores armados, conocidos como spotters, instalados en azoteas de vecindarios como Pilsen y Little Village, en Chicago, donde miembros de pandillas vinculadas a los Latin Kings monitorean los movimientos de agentes federales.
Estos grupos, señala el DHS, utilizan radios y equipos de comunicación para rastrear en tiempo real las actividades de las fuerzas federales, lo que ha permitido emboscadas y sabotajes durante operativos, entre ellos el denominado “Midway Blitz”, desarrollado recientemente.
Un sistema de recompensas para fomentar la violencia
Los cárteles, detalla la dependencia, han difundido un programa escalonado de recompensas para incentivar ataques contra agentes del gobierno estadounidense:
- 2 mil dólares por obtener y difundir información personal o fotografías de agentes.
- De 5 mil a 10 mil dólares por secuestros o agresiones físicas.
- Hasta 50 mil dólares por el asesinato de altos mandos federales.
Apoyo logístico desde grupos radicales
El documento también identifica que grupos extremistas como Antifa, en ciudades como Portland y Chicago, habrían facilitado materiales, información y protección a individuos ligados a los cárteles, para impedir su detención o deportación.
Según el DHS, estas acciones incluyen la organización de protestas para bloquear operativos federales y la difusión de datos confidenciales de los agentes en redes sociales.
“No cederemos ante el terror”: Kristi Noem
La secretaria del DHS, Kristi Noem, calificó los hechos como “una campaña de terror” contra las autoridades estadounidenses:
“Estas redes criminales no solo están desafiando al Estado, están librando una guerra de terror contra quienes protegen nuestras fronteras y comunidades.”
Noem agregó que los agentes del ICE y la CBP “enfrentan emboscadas, vigilancia aérea con drones y amenazas de muerte”, pero advirtió con firmeza:
“No cederemos ante estas amenazas. Todo criminal, terrorista o inmigrante ilegal implicado será llevado ante la justicia estadounidense.”
Exhorto a autoridades locales y a la población
El DHS pidió a los gobernadores y alcaldes de los llamados “estados santuario” que reviertan sus políticas de protección a inmigrantes ilegales, argumentando que “fortalecen a los criminales y ponen en riesgo a los agentes federales”.
Asimismo, solicitó a la población reportar cualquier actividad sospechosa, como vigilancia desde techos, seguimiento de vehículos oficiales o bloqueos a operativos, a través del número 1-866-DHS-2-ICE o del portal oficial del ICE.
Amenaza sin precedentes
Autoridades estadounidenses reconocen que esta información marca un punto de inflexión en las amenazas internas: por primera vez se documenta una coordinación directa entre el crimen organizado mexicano y grupos extremistas nacionales para atacar a funcionarios federales.
La investigación continúa bajo sigilo, mientras las agencias de seguridad refuerzan la protección del personal operativo, rastrean canales financieros y buscan neutralizar las redes de inteligencia criminal que alimentan esta nueva ola de violencia.
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