En una jornada electoral que marca un hito en la historia democrática del país, Rodrigo Paz Pereira fue elegido como nuevo presidente de Bolivia, tras imponerse en la segunda vuelta presidencial celebrada el domingo 19 de octubre. Con el 98.2% de las actas escrutadas, el candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC) obtuvo el 54.53% de los votos, superando al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga, quien alcanzó el 45.47%.
La victoria de Paz representa el fin de dos décadas de predominio del Movimiento al Socialismo (MAS) en la política boliviana, iniciado por Evo Morales en 2006 y continuado por el presidente saliente, Luis Arce. La transición presidencial está prevista para el 8 de noviembre, según confirmó el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que calificó la tendencia como irreversible.
Rodrigo Paz, economista de 58 años y senador por Tarija, se presentó como una figura de renovación política, con propuestas centradas en la reactivación económica, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento institucional. Su campaña apeló a sectores moderados y conservadores, y logró consolidar una mayoría en departamentos clave como Santa Cruz, Tarija y Beni.
La jornada electoral transcurrió con normalidad y alta participación ciudadana. Más de 7.9 millones de bolivianos acudieron a las urnas, en lo que fue la primera segunda vuelta presidencial desde el retorno a la democracia en Bolivia. Observadores internacionales, incluidos enviados de la Unión Europea, destacaron la transparencia del proceso y llamaron a los candidatos a respetar los resultados oficiales.
En su primer mensaje tras conocerse los resultados preliminares, Paz declaró: “Bolivia ha decidido mirar hacia adelante. Este triunfo no es solo mío, es de todos los bolivianos que creen en el cambio con responsabilidad.” También anunció que convocará a un gabinete plural y buscará recomponer las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y países vecinos, en un contexto marcado por desafíos económicos y sociales.
Por su parte, Jorge Quiroga reconoció la derrota y felicitó a Paz, destacando la importancia de preservar la institucionalidad democrática. “La voluntad del pueblo ha sido clara. Bolivia necesita unidad y responsabilidad en esta nueva etapa”, afirmó.
La elección de Rodrigo Paz abre una nueva página en la política boliviana, con expectativas de reformas estructurales y una reconfiguración del mapa partidario. El país enfrenta retos urgentes en materia de inflación, desempleo y gobernabilidad, que pondrán a prueba la capacidad del nuevo mandatario para articular consensos y liderar con eficacia.















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