México registra una reducción significativa en los homicidios dolosos y feminicidios, pero enfrenta un repunte en delitos como la extorsión y las desapariciones, lo que revela un cambio en los patrones de violencia e inseguridad que afectan al país.
De acuerdo con las cifras más recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), al cierre de septiembre de 2025 se contabilizaron 18,920 víctimas de homicidio doloso y feminicidio, una disminución de 19% respecto al mismo periodo de 2024. Sin embargo, las autoridades y especialistas advierten que la baja en los asesinatos no necesariamente implica una mejora estructural en la seguridad, pues otros delitos graves, como la extorsión y las desapariciones, mantienen una tendencia al alza.
Homicidios a la baja, pero con contrastes regionales
El promedio diario de homicidios dolosos y feminicidios en México se situó en 69 víctimas durante los primeros nueve meses del año, el nivel más bajo desde 2016. Enero fue el mes con mayor incidencia (2,449 víctimas) y septiembre el de menor (1,851).
El estado con más víctimas fue Guanajuato, con 2,094, mientras que Colima presentó la tasa más alta (54 por cada 100 mil habitantes). En contraparte, Yucatán registró solo 29 homicidios, con la tasa más baja del país (1.22 por cada 100 mil).
Los municipios con más carpetas de investigación fueron Tijuana (Baja California), Culiacán (Sinaloa) y Juárez (Chihuahua), que concentraron el 13% de los casos a nivel nacional. No obstante, Sinaloa es la entidad con el repunte más alarmante, al pasar de 496 víctimas en 2024 a 1,341 en 2025, un incremento del 170%. En contraste, Zacatecas redujo 69% sus homicidios.
Extorsión: el delito que no cede
El reporte oficial también advierte un crecimiento en los casos de extorsión, que aumentaron 5% respecto al año anterior, con 8,585 víctimas registradas de enero a septiembre.
El Estado de México concentró el 22% del total nacional, con 1,906 víctimas, seguido por la Ciudad de México y Jalisco. Los municipios con más carpetas abiertas fueron Iztapalapa, Toluca y Ecatepec, todos en territorio mexiquense.
Por tasa poblacional, los municipios de Cuautla (Morelos), Salamanca y Celaya (Guanajuato) reportaron las cifras más altas del país. Además, Chiapas mostró un incremento preocupante del 883%, al pasar de 12 a 118 víctimas en un año, mientras que Campeche registró la mayor reducción (-60%).
Desapariciones en aumento
Aunque el reporte no incluye aún el corte nacional actualizado de personas desaparecidas, fuentes oficiales reconocen un incremento sostenido en este delito durante 2025, particularmente en estados del norte y occidente del país.
Organizaciones civiles señalan que la disminución de homicidios podría estar vinculada parcialmente con un desplazamiento de las dinámicas criminales hacia la desaparición forzada o clandestina, fenómeno que en algunas regiones se ha convertido en un sustituto del homicidio visible.
Violencia familiar y delitos sexuales: persistente desafío
Los delitos contra la libertad y seguridad sexual alcanzaron 61,713 carpetas de investigación entre enero y septiembre, una reducción de 4% frente a 2024. No obstante, el Estado de México, Ciudad de México y Jalisco concentraron un tercio de las denuncias, y Quintana Roo presentó la tasa más alta del país.
Por su parte, los casos de violencia familiar y de género siguen siendo los más numerosos, con 208,398 carpetas, una baja marginal de 5%. La Ciudad de México encabezó los registros (25,818 casos), y Colima volvió a liderar por tasa poblacional (378 carpetas por cada 100 mil habitantes).
Percepción ciudadana: la inseguridad sigue pesando
A pesar de la reducción en algunos indicadores, la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) de septiembre de 2025 muestra que 63% de la población considera inseguro vivir en su ciudad. La percepción negativa es más alta entre mujeres (68.2%) que entre hombres (56.7%).
En suma, aunque México cierra el tercer trimestre de 2025 con la cifra de homicidios más baja en casi una década, los incrementos en extorsión y desapariciones, junto con la persistencia de delitos sexuales y de violencia familiar, reflejan que el panorama de seguridad pública sigue siendo complejo y desigual en el territorio nacional.
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