La diabetes se ha convertido en una amenaza silenciosa para miles de familias propietarias de tienditas en México. Tener un negocio de este tipo duplica el riesgo de padecer esta enfermedad crónica debido a la alta disponibilidad y consumo de refrescos.
Sin embargo, la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), que asegura representarlos, actúa paradójicamente como aliada de Coca-Cola, la empresa que más contribuye a ese problema de salud.
De acuerdo con una encuesta nacional realizada por Dinamia, la prevalencia de diabetes entre los adultos mayores de 20 años de familias tenderas aumenta con los años de operación del negocio: 14.1% en quienes llevan más de tres años y 22.9% en quienes superan los seis, frente al promedio nacional de 10.4%. En otras palabras, cuanto más tiempo tienen una tienda, más crece el riesgo de desarrollar diabetes.
Pese a esta realidad, la Anpec promovió el pasado 3 de octubre un paro simbólico en las tienditas contra el impuesto a las bebidas azucaradas, con el respaldo logístico de los propios repartidores de Coca-Cola. Dicha medida —respaldada por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef, el Banco Mundial y la OCDE— busca reducir el consumo de productos dañinos y destinar los recursos recaudados a programas de salud.
Una campaña para defender intereses corporativos
La Anpec ha difundido dos argumentos centrales para rechazar el impuesto: que aumentará los precios y provocará cierres de tienditas, y que se perderán empleos. Ambas afirmaciones son falsas.
Entre 2014 y 2025, el precio de una Coca-Cola de 600 mililitros pasó de 10 a 20 pesos, un incremento del 100%, mientras la inflación fue de poco más del 60%.
El impuesto de un peso aplicado desde 2014 tuvo un impacto mínimo, pero la empresa ha subido sus precios de manera reiterada. Solo entre noviembre de 2023 y junio de 2024, incrementó un peso las presentaciones pequeñas y hasta cuatro pesos las grandes, sin que la Anpec emitiera protesta alguna.
Tampoco hubo pérdida de empleos. Un estudio publicado en Preventive Medicine, basado en encuestas del INEGI, concluyó que “no se presentaron reducciones en empleo asociadas a los impuestos implementados en México en 2014”.
La verdadera causa del cierre de tienditas
Los datos muestran que el verdadero factor detrás del cierre de tiendas de barrio no es el impuesto, sino el crecimiento desmedido de las cadenas de conveniencia, encabezadas por OXXO, propiedad de Femsa, principal embotelladora de Coca-Cola. De 2010 a 2020, mientras se reducían las tienditas, las tiendas OXXO se multiplicaban por miles en todo el país.
A pesar de ello, la Anpec ha colaborado con OXXO, ignorando que representa la mayor amenaza para el comercio de barrio. En los hechos, la organización ha dejado de representar los intereses de los pequeños comerciantes y se ha convertido en un instrumento de las grandes corporaciones refresqueras.
Mientras las familias tenderas enfrentan una creciente incidencia de diabetes y el cierre de sus negocios por la expansión de las cadenas de conveniencia, su supuesta asociación defensora trabaja para quienes les enferman y les desplazan del mercado.
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