En el marco del Día Mundial de la Alimentación 2025, con el lema “Hand in Hand for Better Foods and a Better Future” (De la mano por alimentos y un futuro mejor), la Alianza por la Salud Alimentaria hizo un llamado urgente al Estado mexicano para fortalecer las políticas públicas que aseguren el derecho a una alimentación adecuada, sostenible y justa.
La conmemoración impulsada por la FAO, que este año celebra su 80º aniversario, busca promover la cooperación entre gobiernos, comunidades y sociedad civil para transformar los sistemas alimentarios.
En México, la Alianza alertó sobre la persistente crisis alimentaria y sanitaria derivada del consumo masivo de bebidas azucaradas y productos ultraprocesados.
De acuerdo con datos del Inegi y la Ensanut, el país se mantiene entre los mayores consumidores de refrescos del mundo, con un promedio de 166 litros por persona al año, lo que contribuye al aumento de enfermedades como diabetes tipo 2, obesidad e hipertensión.
Un estudio publicado en Nature Medicine (2025) atribuye 230 mil nuevos casos anuales de diabetes y enfermedades cardiovasculares al consumo de estas bebidas.
La organización reconoció los avances alcanzados con el etiquetado frontal de advertencia, la prohibición de grasas trans y la regulación de la publicidad infantil, pero advirtió sobre la falta de fiscalización y de mecanismos que aseguren la reinversión de los recursos obtenidos por medidas fiscales, como el impuesto a las bebidas azucaradas, en programas de salud y bienestar.
Desde su implementación en 2014, este impuesto ha reducido las compras de refrescos, sobre todo en hogares de menores ingresos, y ha generado ahorros estimados en 983 millones de dólares en costos médicos.
El Instituto Nacional de Salud Pública proyecta que la medida podría prevenir más de 20 mil infartos y 19 mil muertes en los próximos años.
Por ello, la Alianza propuso actualizar la tasa del impuesto al 20% del precio final, es decir, alrededor de 7 pesos por litro, y canalizar los recursos a programas de alimentación y salud comunitaria. “El impuesto a las bebidas azucaradas no es sólo una medida fiscal, sino una herramienta de justicia social y ambiental”, señaló.
La organización concluyó que el Día Mundial de la Alimentación debe servir para reafirmar el compromiso nacional con una dieta saludable, avanzar hacia entornos escolares libres de comida chatarra y garantizar agua potable segura para toda la población, como pilares de un México con mejores alimentos y un mejor futuro.
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