La Fiscalía General de Justicia del Estado de México confirmó que el sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis fue asesinado y su cuerpo abandonado dentro de bolsas negras, amarrado a un sillón y arrojado a un canal de aguas negras en Nextlalpan.
Por estos hechos, dos de los tres presuntos responsables ya fueron detenidos.
La investigación inició el 31 de octubre, cuando la familia del clérigo denunció su desaparición. Con las primeras indagatorias, la autoridad ubicó que Hernández Vilchis había acudido acompañado de una mujer a una vivienda en la Unidad Habitacional Morelos, en Tultitlán, donde residía Brandon Jonathan, sujeto con antecedentes por robo con violencia.
Según la Fiscalía, el sacerdote convivió durante varias horas con Brandon y con la mujer que lo acompañaba, consumiendo bebidas alcohólicas y estupefacientes.
En algún momento, Brandon presuntamente lo atacó con un objeto punzocortante, provocándole la muerte. Minutos después arribó al domicilio María Fernanda, identificada como pareja de Brandon.
Ambos habrían participado en el traslado del cuerpo el 30 de octubre, cuando decidieron abandonarlo en el canal de aguas negras en Nextlalpan.
La Fiscalía detuvo ya a Brandon y a María Fernanda, mientras que la mujer que acompañó al sacerdote tiene una orden de aprehensión vigente.
En las primeras horas del 13 de noviembre, la autoridad confirmó mediante pruebas genéticas y forenses que el cuerpo localizado corresponde al sacerdote. La investigación continúa en curso para detener al tercer implicado.
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