En plena Amazonía y ante el marco internacional de la COP30, México llevó un mensaje claro: la adaptación climática también implica aprender a convivir con la fauna silvestre que ha sido desplazada por el crecimiento urbano y el calentamiento global.
En ese contexto, la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático, junto con el Gobierno de Michoacán, presentó el Proyecto de Instalación del Cocodrilario Ecoturístico El Manglito, concebido para transformar un conflicto creciente entre comunidades y cocodrilos en una oportunidad de conservación, educación y desarrollo local.
El cocodrilario se edificará en tres de las 20.7 hectáreas del Área Natural Protegida El Manglito, en Lázaro Cárdenas, donde el aumento de temperatura, la pérdida de hábitat y la urbanización han detonado una sobrepoblación de cocodrilos —incluyendo especies no nativas— que hoy interactúan cada vez más con asentamientos humanos.
Durante la presentación, Omar Guadarrama Cedillo, presidente de la Fundación, advirtió que el calentamiento global está acelerando el crecimiento y desplazamiento de los reptiles.
“Hoy vemos cocodrilos saliendo de sus áreas tradicionales por el cambio climático y por la invasión humana de su hábitat. Este proyecto busca control, cuidado y aprendizaje, mientras Lázaro Cárdenas desarrolla un circuito ecoturístico con educación ambiental”, explicó.
El Estero El Caimán, contiguo a la zona industrial y a Playa Azul, enfrenta una sobrepoblación atípica donde conviven el cocodrilo acutus —nativo del Pacífico— y el moreleti —originario del Golfo e introducido ilegalmente tras la prohibición de su comercio—, mezcla que ha generado comportamientos más agresivos y accidentes, particularmente con menores.
El proyecto plantea un cocodrilario seguro y certificado para manejo responsable, áreas de observación, capacitación comunitaria, espacios educativos, acciones de ordenamiento ecológico y un modelo replicable en otras regiones costeras.
Alejandro Méndez López, secretario de Medio Ambiente de Michoacán, destacó que la iniciativa fortalecerá la capacidad de conservación estatal.
“Permitirá un manejo adecuado de la especie bajo normas nacionales e internacionales. Será un espacio regenerativo donde la coexistencia sea segura, armoniosa y educativa”, afirmó. Recordó además que el estado triplicó su superficie de áreas protegidas en esta administración.
La secretaria general de la Fundación, Guadalupe Sánchez Gama, señaló que el proyecto funcionará como un modelo de adaptación climática basado en ciencia ante el creciente desplazamiento de cocodrilos hacia zonas habitadas.
La organización juvenil Faceta Consciente calificó la iniciativa como un ejemplo valioso para la COP30 por su enfoque integral entre biodiversidad y cambio climático.
Además de sus metas ambientales, El Manglito busca convertirse en un nuevo atractivo ecoturístico al ubicarse junto al recién inaugurado boulevard costero, lo que impulsará la economía local y programas de educación ambiental.
La propuesta ya cuenta con una ruta de trabajo definida y solo espera completar autorizaciones técnicas para su construcción.
“Este proyecto revitalizará la ciencia, la conservación, el turismo responsable y la resiliencia climática”, concluyó Guadarrama Cedillo.















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