El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, acusó públicamente que el exalcalde de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, dejó al ayuntamiento en una “quiebra técnica”.
La declaración se da apenas días después del asesinato del edil, ocurrido a inicios de noviembre, y coloca en el centro del debate la situación financiera de la llamada Perla del Cupatitzio.
Ramírez Bedolla afirmó que las finanzas municipales se encuentran en un estado “muy delicado” y que la nueva presidenta municipal, Grecia Itzel Quiroz García, viuda de Manzo, enfrenta el reto de estabilizar las cuentas públicas.
El gobernador subrayó que el gobierno estatal no dejará solo al municipio y que ya se trabaja en coordinación con la tesorería estatal para buscar salidas inmediatas.
Entre los problemas más visibles se encuentra la falta de liquidez para cubrir compromisos básicos, como el pago de quincenas y prestaciones de fin de año a trabajadores del ayuntamiento.
Según trascendió, la administración municipal analiza solicitar adelantos de participaciones federales o créditos a corto plazo para solventar la crisis.
La acusación contra Manzo se suma al clima de tensión que vive Uruapan tras su homicidio, un hecho que aún se investiga y que mantiene abiertas diversas líneas de indagación.
Mientras tanto, la narrativa oficial apunta a que el exalcalde habría dejado un municipio con serios problemas financieros, lo que complica la transición y la gobernabilidad local.
Bedolla insistió en que el caso de Uruapan refleja una problemática más amplia, pues otros municipios michoacanos también enfrentan dificultades de liquidez.
Sin embargo, reconoció que la situación en Uruapan es particularmente crítica y requiere atención inmediata para evitar que se paralicen los servicios públicos.
La crisis financiera se convierte así en un nuevo eje de disputa política y administrativa en Michoacán, donde la viuda del exalcalde deberá encabezar un esfuerzo de recuperación en medio de la tragedia personal y el escrutinio público.
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