El frente frío número 16 avanzará este viernes sobre el sur del Golfo de México y el norte de la península de Yucatán, donde interactuará con un canal de baja presión. Esta combinación provocará un aumento significativo en la probabilidad de lluvias fuertes a intensas en el oriente y sureste del país, con efectos destacados en Hidalgo, Puebla, Veracruz y Oaxaca.
La masa de aire polar asociada reforzará las condiciones invernales, impulsando un evento de “Norte” con rachas de viento que alcanzarán entre 70 y 90 km/h en el Istmo y Golfo de Tehuantepec, además de oleaje elevado de hasta 3 metros. La costa de Veracruz registrará rachas de 50 a 70 km/h y oleaje de hasta 2.5 metros, mientras que en Tamaulipas, Tabasco, Campeche, Yucatán y el norte de Quintana Roo se prevén rachas de 40 a 60 km/h.
El ambiente frío dominará en el norte, noreste, oriente y centro del país, con vientos adicionales de 30 a 50 km/h en la Mesa del Norte, Mesa Central y el Valle de México. A la par, el ingreso de humedad del Pacífico y del Golfo favorecerá chubascos en diversas entidades del centro, occidente y sur.
Las lluvias más intensas —de 75 a 150 milímetros— se concentrarán en regiones serranas y huastecas de Hidalgo, Puebla, Veracruz y el norte de Oaxaca. También se esperan acumulados muy fuertes en zonas de Puebla, Veracruz, Tabasco y Chiapas; lluvias fuertes en San Luis Potosí, Querétaro y partes de Veracruz; además de chubascos en Nuevo León, Tamaulipas, el Estado de México, Ciudad de México y estados de la península de Yucatán.
En contraste, estados del occidente, Pacífico Sur y noroeste registrarán temperaturas máximas de 35 a 40 grados Celsius, particularmente en Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Sin embargo, las madrugadas serán gélidas en sierras de Chihuahua y Durango, donde los termómetros caerán hasta -10 °C, y en zonas altas de Baja California, Sonora, Zacatecas, Estado de México, Tlaxcala, Puebla y Veracruz, con valores de -5 a 0 °C.
Protección Civil advirtió que las lluvias intensas podrían provocar deslaves, crecidas de ríos e inundaciones en zonas bajas, mientras que las ráfagas de viento representarían riesgos por caída de árboles y anuncios. Las autoridades recomiendan extremar precauciones y mantenerse al tanto de los avisos meteorológicos.
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